Diego Forlán sobre el Barcelona y la Champions: ‘Remontar en un partido de fútbol es una experiencia maravillosa’

Barcelona coach Luis Enrique and Sergi Roberto celebrate after their comeback victory over Paris Saint-Germain. Albert Gea / Reuters
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• English version: Forlan on Barcelona comeback and Champions League

He visto tres partidos de la Champions esta semana, en los que algunos equipos necesitaban remontar después de sonadas derrotas en los partidos de ida. Todos ellos fueron espectaculares por diferentes razones.

El Nápoles se adelantó en el marcador en el partido contra el Real Madrid antes de que éste le superara con un 1-3, el mismo resultado que en el partido de ida. Esto demostró la diferencia abismal que existe entre el mejor equipo del mundo y el tercer mejor equipo de Italia.

La diferencia entre un equipo líder alemán y uno inglés debería ser menor, pero no fue así. El Arsenal anotó primero contra el Bayern de Munich pero, a pesar de estar jugando bien, acabó siendo derrotado de nuevo por los alemanes 1-5. Se mire como se mire, 10-2 en dos partidos es un resultado pésimo para el Arsenal. Entiendo que sus fans no estén contentos y quieran que Arsene Wenger se vaya, y también que algunos jugadores estén descontentos con lo que está pasando. Es un club enorme, pero no creo que la decisión de Alexis Sánchez de comunicar a los periodistas que quiere marcharse fuera acertada. Juega para un equipo, lo cual significa que no debe pensar solo en sí mismo.

Sánchez es un gran futbolista y entiendo que sienta frustrado por formar parte de un equipo de bajo rendimiento, sobre todo después de que no fuera convocado en el partido contra el Liverpool. También entiendo que quiera marcharse a otro equipo en el que tenga posibilidades reales de ganar trofeos, pero, aun así, no debería expresarlo públicamente. Podría hablar con su entrenador, o, si esta relación no es buena, con su agente. El fútbol funciona de esta manera, para eso están los agentes. Hablar con los medios de comunicación no ayuda al equipo, a los jugadores que lo están dando todo para el club que los ha contratado para jugar.

Sus compañeros de equipo no se sienten impresionados por él porque se ha distanciado de ellos. Con ello lo que dice realmente es: “Soy diferente, soy mejor” y aunque sea verdad, esto no ayuda.

El 10-2 originó una avalancha de protestas y tiene que haber cambios en el Arsenal, aunque no solo culpo a Arsene Wenger. Trabaja para un club que tiene que cambiar su mentalidad para no terminar tercero o cuarto cada temporada, aunque esto ya es un logro teniendo en cuenta que tiene que competir con el dinero del City, el Chelsea y el United. Pero ¿y si los directivos se contentan con eso, con que el Arsenal gane dinero cada año y llene su estadio, sin importar que termine tercero o cuarto? Si este es el caso, entonces los directivos también tienen que cambiar.

Si ese cambio de mentalidad significa cambiar al entrenador pues que así sea. Pero en lugar de ir a los medios de comunicación, los jugadores del Arsenal deben callarse, cerrar las puertas al exterior y concentrarse en sí mismos para terminar la temporada de la mejor manera posible, aunque ello probablemente signifique acabar en tercer o cuarto lugar, después de haber sido eliminados en los octavos de la Champions como cada año.

Ha habido muchos goles en la Champions esta semana. El Borussia Dortmund ganó por 4-0 al Benfica para convertirse en el segundo equipo alemán en la fase de cuartos de final. Parece que el Atlético de Madrid se unirá al Barça y al Real Madrid, siendo el Sevilla posiblemente el cuarto equipo español. Sigue el dominio español, pero el partido del que todo el mundo habla fue en el Camp Nou, que vio siete goles.

Remontar en un partido de fútbol es una experiencia maravillosa. En el Atlético, íbamos perdiendo 2-0 ante el Espanyol pero acabamos ganando 3-2. Esto da a los jugadores unos ánimos tremendos, una sensación que seguramente sintieron los jugadores de Barcelona tras vencer al PSG 6-1.

La semana pasada dije que Barcelona podría darle la vuelta a la situación, pero esperaba más del PSG y su entrenador, Unai Emery, se equivocó.

Sabía que su equipo defendería, pero no tan atrás como lo hizo. Mi compatriota Edison Cavani es más eficaz cuando juega arriba. Debería haber jugado más adelante, con la instrucción de recibir el balón y causarle problemas al Barcelona. Está en forma y es lo suficientemente bueno para hacerlo. Aunque solo hubiera tenido éxito con uno de cada diez balones, habría mantenido ocupados a Gerard Piqué y a Javier Mascherano. También ha estado jugando bien con Ángel di María, pero el extremo no fue titular.

Emery sabía que el Barcelona empujaría a sus jugadores hacia atrás. Lo hace contra todos los equipos, pero ser cómplices en eso y ayudarles a hacerlo le ha facilitado el trabajo al Barcelona. Un equipo de fútbol de primera clase con los jugadores que tiene el PSG debería ser capaz de defender una ventaja de 4-0.

La gente cuestionará los dos penaltis del Barcelona. A veces te los dan y a veces, no. Así es el fútbol. Pero el Barcelona demostró una excelente motivación para ganar el partido. Las críticas que recibió en las últimas semanas, especialmente después de la derrota en París, solo sirvieron para motivarle. Es como picar a un animal enjaulado, peligroso.

El Barça ha recuperado su estabilidad y Luis Enrique ha aprendido a sonreír de nuevo. Se volvió loco cuando saltó al terreno de juego tras el partido. Está disfrutando de sus últimos meses al mando del equipo y me gustaría saber cómo se sienten hoy los aficionados del Barça que hace solo unas semanas lo abucheaban.

Pero tal vez ahora es el momento de que se extienda este sentimiento positivo, porque el Barcelona debe sentirse muy seguro en estos momentos, no solo de ganar otra Champions, sino también el título de la Liga y la Copa del Rey. ¿Y quién lo hubiera dicho hace tres semanas?

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