Diego Forlán: La vuelta del Chelsea a la cima se debe tanto a los jugadores como a Antonio Conte

El Chelsea terminó décimo y acumuló tantos partidos perdidos como ganados. También echaron a Mourinho. Precisamente es esto lo que hace el fútbol tan interesante, el deporte más fascinante del mundo.

Reuters
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• English version: Chelsea's resurgence a credit to players as much as Conte

Al comienzo de la temporada pasada escribí una columna en la que predije con confianza que el Chelsea de José Mourinho conservaría el título de la Premier League. No veía ningún equipo que se le acercara.

El Chelsea terminó décimo y acumuló tantos partidos perdidos como ganados. También echaron a Mourinho. Precisamente es esto lo que hace el fútbol tan interesante, el deporte más fascinante del mundo.

El Manchester City tiene a Pep Guardiola al mando del equipo. Ha tenido éxito en todos los clubes en los que ha estado sin excepción; sin embargo, su City está a siete puntos del primero en la liga.

El liderato del Chelsea a mitad de temporada lo convierte en claro favorito para ser campeón. Ha ganado sus últimos 12 partidos, un récord para el club.

Cuando estás en un equipo así –y yo he estado en el United, el Villarreal y el Atlético de Madrid– tu nivel de confianza crece continuamente, especialmente después de derrotar a tus principales rivales –o bien destrozarlos con un 4-0 como hizo el Chelsea con el United.

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El problema es mantener los pies en el suelo porque no importa contra quién juegues, te sientes invencible y sientes que puedes con todo lo que te propongas.

No importa qué jugadores faltan, sientes que eres lo bastante fuerte y esta confianza es contagiosa.

El Chelsea no tenía a Diego Costa, su máximo goleador, ante Bournemouth el pasado lunes, pero no supuso ningún problema.

Cuando la moral está tan alta, es un buen momento para hacer debutar a un jugador joven para que pueda sentir la emoción de jugar en el primer equipo, pero estas situaciones son poco comunes.

Muy pocos equipos en las grandes ligas ganan 12 partidos consecutivos como ha hecho el Chelsea, pero me impresiona porque parece un equipo unido –contrariamente al año pasado.

Sé que la gente habla de Diego Costa o Pedro o Eden Hazard, pero lo que mejor sabe hacer su entrenador Antonio Conte es crear equipos.

Lo hizo en la Juventus, que construyó sobre la base de una brillante defensa, con gran capacidad de contraataque.

En este sentido me recuerda a Mourinho, que también comparte la característica de ser muy intenso

Teniendo en cuenta el declive de la Serie A, fue un gran logro para una selección italiana llegar a la final de la UEFA Champions League como hizo la Juventus en 2015.

Ese año eliminó al Real Madrid, el equipo que ganó la competición en 2014 y que la volvería a ganar en 2016.

Conte es el único hombre que ha ganado al Real Madrid en una eliminatoria de dos partidos en los últimos tres años.

Se ha hablado mucho de que Conte juega con tres detrás y de lo efectivo que ha sido este sistema desde que lo implementó tras un inicio de temporada difícil.

No me convencen estas obsesiones tácticas que ocupan tanto espacio en los medios de comunicación.

El fútbol es un juego realmente simple y lo más importante, en cualquier sistema, es que los jugadores hagan su trabajo, no el sistema en el que juegan.

Todos los sistemas habituales tienen ventajas y desventajas, pero ninguno funcionaría sin la magia de los jugadores.

Los sistemas, entrenadores y directores o presidentes de club no ganan partidos –los jugadores sí, son las únicas personas que pueden cambiar el rumbo de un partido una vez iniciado.

Un jugador que lo ha estado haciendo excepcionalmente bien es Costa, el máximo goleador de la Premier League esta temporada.

Ambos fichamos para el Atlético de Madrid al mismo tiempo en 2007 y jugué a su lado un par de veces justo antes de marcharme del Atlético, pero él aún era un adolescente cuando llegó y siempre jugaba cedido a otros clubs.

Fue al Braga, al Celta, al Albacete, al Valladolid y al Rayo Vallecano, lo que es normal para un jugador emergente que todavía no está listo para jugar todos los partidos para un equipo de alto nivel. Mi marcha en 2011 contribuyó a crear un espacio para él.

Diego me caía bien. Era un chico divertido, siempre bromeaba con los otros jugadores brasileños y portugueses del equipo, siempre sonriente y completamente diferente al hombre que la gente ve en el campo, un luchador con fuerte personalidad. Es como si se transformara cuando entra en el terreno de juego.

Otro jugador con el que jugué brevemente en el Atlético fue Thibaut Courtois. Era nuevo y cedido por Chelsea, muy agradable y tímido. Me fui al Inter de Milán, él se quedó y pasó un excelente periodo cedido en el Atlético, donde jugó en el equipo que eliminó al Chelsea de la Champions League de 2014.

Pocos meses después de marcharme del Atlético, me sorprendió ver a Courtois en una entrevista hablando muy bien el español, con una pronunciación correcta, lo cual no es fácil para ningún jugador en un país nuevo, no porque no quieran aprender sino porque no es un idioma fácil.

Todavía tenía amigos en el Atlético y me dijeron que estaba saliendo con una chica española. Esta es la mejor manera de aprender un idioma rápidamente.

El Chelsea apreciaba lo suficiente a Courtois para hacerlo volver y reemplazar a Petr Cech, uno de los mejores porteros de los tiempos modernos. Ha estado a la altura de su reputación.

El Chelsea debe disfrutar del momento y esperar que continúe así hasta que haya ganado la liga, porque como ya vio la temporada pasada, la confianza puede disminuir después de encajar algunos malos resultados y un equipo puede entrar en una fase en la que nada sale bien, independientemente de los jugadores que tiene.

A diferencia de ahora, en estos casos hay que esperar que los jugadores con más experiencia saquen al equipo del bache porque no es el momento de probar a jugadores jóvenes.

Para el Chelsea, esta situación es justo la contraria a la actual y el éxito que está teniendo el equipo se debe tanto a los jugadores del Chelsea como al entrenador, que es el que está recibiendo la mayor parte de los elogios.